Una vez al año, mientras las aguas del Amazonas están en su punto más bajo, un diluvio de violencia sin precedentes cae en el bosque. Dentro de unos meses se inundará, con casi 30 metros de agua, y con sólo la parte superior de unos pocos árboles que sobresalen. La supervivencia de los animales del bosque está en juego. Algunos se refugian en las copas de los árboles, otros van en busca de las últimas tierras secas, mientras que más de unos cuantos quedan varados por el agua que sube. A medida que se reduce el hábitat terrestre sólido, el de peces o delfines rosados se extiende hasta el infinito. Todos deben aprender a vivir en un bosque sumergido.