Algunos historiadores llaman a este asedio el Verdún del siglo XVI. El asedio de Malta, que duró cuatro meses y estuvo salpicado de sangrientos asaltos y destructivos bombardeos, enfrentó a un batallón turco de 30.000 hombres con un ejército maltés poco fuerte. Convertida en 1530 en bastión de los Hospitalarios por voluntad del emperador Carlos V, Malta era ahora el último bastión que los otomanos podían destruir. Pero bajo la autoridad de Juan de La Valeta, los Caballeros de San Juan de Jerusalén fortificaron la isla, con la firme intención de convertirla en una fortaleza inexpugnable para la cristiandad en el Mediterráneo. Como David contra Goliat, la pequeña isla obtendrá, contra todo pronóstico, una victoria histórica que reforzará el prestigio de Malta en la Europa cristiana.