Todas las familias animales comienzan con algún tipo de relación. Para muchos es solo un breve encuentro, para otros durará toda la vida. En la sabana africana los habitualmente tranquilos machos de cebra se vuelven muy competitivos en la época de reproducción. Los encarnizados combates se vuelven habituales para demostrar su supremacía. Igualmente, cada familia necesita un hogar. Algunos se conforman con lo que la naturaleza les proporciona, como el cernícalo australiano; otros construyen sus casas, como los tejones europeos.
Todos los animales tienen la capacidad de comunicarse dentro de sus familias. Cuanto más inteligentes son, más complejo es el sistema de transmisiones. Los delfines mulares son criaturas excepcionalmente inteligentes con una capacidad asombrosa para comunicarse.