Para los primeros hombres, el fuego fue un regalo, porque permitía cocinar y conservar los alimentos. Las proteínas hicieron que nuestro cerebro se desarrollara y nos convertimos en la especie dominante. Entonces creamos artilugios para cocinar que nos ayudaron a descubrir nuevos sabores. En este episodio, la versión en olla honda de la paella española, una cúpula mágica para cocinar al estilo croata, ollas de barro que transforman la comida en obras de arte, y el tradicional saj (pan) llibanés.