"Es La fiesta del pueblo sueco". "Es una psicosis de un mes". "Es algo muy grande en Suecia". Son solo algunas de las frases con las que los suecos definen el Melodifestivalen , el programa de televisión de mayor audiencia del país.
Y no, el Melodifestivalen no es ni un programa de telerrealidad ni la final de una competición deportiva. Es un programa de música de una altísima calidad técnica y visual en el que casi una treintena de artistas interpretan canciones propias y aspiran a convertirse en el próximo representante del país en el Festival de Eurovisión.
"Pero ir a Eurovisión es solo un bonus. El solo hecho de estar en el Melodifestivalen ya es algo muy grande para la carrera de cualquier artista en Suecia", dice Robin Bengtsson, ganador de la última edición del certamen sueco. El año pasado participó por primera vez en el concurso, y gracias a ello pudo dejar su trabajo de 9 a 5 en una oficina y dedicarse de manera profesional a la música.