Las relaciones entre Grecia y sus socios europeos entran en una nueva etapa tras el sí del Eurogrupo al plan de reformas presentado por el gobierno de Tsipras. Atenas tendrá financiación durante cuatro meses más y, a cambio, se compromete a luchar contra la corrupción, el fraude y la evasión fiscal; a respetar las privatizaciones ya concluidas o en marcha y a congelar, de momento, la prometida subida del salario mínimo. Mantiene, sin embargo, las medidas para suavizar el impacto de la crisis entre los más necesitados y no bajará las pensiones.  El texto, sin cifras y sin detalles, ha sido suficiente para pasar también, aunque con reservas, el filtro del Banco Central, del Fondo Monetario Internacional o de parlamentos como el alemán. Las dos partes han ganado sobre todo tiempo, tiempo para acordar esos detalles y cifras que ahora faltan y que permitirán el desembolso de 7.200 millones de euros pendientes, y tiempo para negociar el tercer rescate que deberá estar listo en junio.Bruselas