La Unión Europea aumenta la presión sobre Rusia y amenaza con duras sanciones económicas si Moscú no colabora en la investigación del derribo del avión de Malasya Airlines y continúa apoyando a los rebeldes en el este de Ucrania. Bruselas propone, entre otras cosas, cortar la financiación europea a los bancos controlados por el Kremlim, suspender la exportación e importación de armas y dejar de transferir a los rusos la tecnología que necesitan para desarrollar sectores clave como el energético. Los 28, que hablan de un antes y después en sus relaciones con Rusia tras el derribo del avión, deben cerrar un acuerdo sobre esas sanciones en los próximos días. La Unión Europea ha estado siempre muy dividida a la hora de decidir sanciones económicas a Rusia. Pesan mucho la fuerte dependencia energética y los grandes intereses comerciales que muchos países tiene con Moscú. La prioridad número uno no sólo de la presidencia italiana, sino de toda la Unión sigue siendo, sin embargo, el empleo y