La igualdad entre hombres y mujeres está en la legislación europea y forma parte de sus Tratados desde 1957, el tratado constitutivo de la Unión. Sin embargo las Instituciones Europeas no reflejan la composición de sus sociedades en las que más del 50 por ciento de la población es femenina. Tampoco sus políticas consiguen erradicar la violencia de género ni reducir la brecha salarial. Las europeas cobran de media un 16 por ciento menos que los hombres y esto no solo equivale a 54 días de trabajo gratis al año, también repercute en que la brecha en sus pensiones sea del 35,7 pñor ciento.