La cumbre del consejo europeo ha terminado sin una fórmula consensuada sobre Irlanda del Norte. Londres no ha dado garantías de que después del Brexit no se levantarán controles fronterizos entre ambas jurisdicciones de la isla y Bruselas ha dado un margen de tiempo -sin concretar cuanto- a la primera ministra para que presente una propuesta. El tono de la cumbre ha sido más conciliador que el de la reunión de jefes de estado en Salzburgo en septiembre. Un tono conciliador que ha presidido también el debate de los 27 en el tema de la inmigración, y ha permitido cerrar un acuerdo sobre la ampliación de la guardia costera para dotar de más efectivos y medios la vigilancia en nuestras fronteras.