Crece la división en Europa sobre la respuesta a la inmigración. Los gobiernos siguen sin ponerse de acuerdo en la reforma del sistema de asilo que permita acoger a refugiados e inmigrantes con criterios de solidaridad entre estados y las posiciones más duras sobre el cierre de fronteras están ganando terreno. En la cumbre de finales de mes veremos si esas posiciones tan duras se mantienen o se aflojan. El eje central de esa reunión al máximo nivel va a ser de todos modos, y también con permiso del gobierno italiano, la reforma del euro. Alemania será clave en cualquier decisión que se tome y la canciller Merkel acaba de detallar algunas de sus ideas: defiende un presupuesto para la zona euro, aunque mucho menor del que quiere Macron y apuesta por un fondo monetario europeo, pero con condiciones muy estrictas.