Gonzalo Suárez (Oviedo, 1934). Hasta los diez años no fue al colegio, le instruía su padre, catedrático de francés. Desde niño leía con voracidad y dejaba volar su imaginación, se inventaba aventuras e incluso hacía dibujos para darse miedo. Esa imaginación dice que le salvó de la tristeza de la posguerra. A los 17 años comienza a escribir teatro y a participar en algunas funciones como actor. Su pasión por los impresionistas le lleva a Paris y a pintar obsesivamente. De vuelta a Barcelona comienza a publicar crónicas deportivas con el seudónimo de Martín Girard. A pesar de su creciente éxito, deja el periodismo y publica sus primeros libros, que suponen una ruptura con el naturalismo en boga. Algunos de sus relatos son adaptados al cine y así comienza su carrera cinematográfica. A partir de ese momento, alternará ininterrumpidamente libros y película que ha teñido de humor surrealista y muy personal. Con fama de raro y marginal, es un escritor prolífico.