Las cuevas y grutas formadas en terrenos porosos y calizos sirven en muchas ocasiones de refugio y hogar a una serie de animales vertebrados e invertebrados cavernícolas, que pasan parte de su vida en el interior de las mismas. Las condiciones ambientales del interior de las cuevas permanecen inalterables en el transcurso de las estaciones.
Además, las grutas son un lugar ideal para la conservación de algunos productos agroalimentarios: como el vino o el queso.