El llamado altiplano granadino-almeriense-murciano es uno de los territorios más pobres de la Península. Casi no llueve y el proceso de desertización es evidente. La falta de expectativas provoca despoblación, pero la agricultura regenerativa le labra un futuro a medio plazo. En veinte años, el llamado territorio Alvelal (formado por el altiplano granadino, el alto Almanzora y los Vélez) puede vivir una revolución del almendral. Se trata de crear una almendrehesa, una dehesa con almendros y ovejas. Es un proyecto patrocinado por la holandesa fundación Commonland, dedicada a promover la recuperación de suelo y paisaje en peligro desertización en todo el mundo y la asociación Alvelal, formada por agricultores y empresarios del altiplano. La llamada agricultura regenerativa que va un paso más allá de la ecológica. Producen alimentos saludables, sin abonos ni insecticidas químicos, y además trabajan la tierra para evitar que se erosione con las lluvias torrenciales.