Desde hace años, se dice que España es el segundo país más ruidoso del mundo después de Japón. Dejando al margen si esta afirmación es veraz o no, hay que reconocer que muchas ciudades españolas cuentan con unos niveles de ruido muy superiores a lo que la OMS recomienda. Y es que poco importa si los altos decibelios proceden del ocio nocturno o de las infraestructuras, el resultado es que la contaminación acústica nos provoca graves daños físicos y psíquicos.