Pocas semanas después de que el Parlament de Cataluña aboliera las corridas de toros en su comunidad, la misma cámara aprobó una norma que aseguraba la pervivencia de los denominados "correbous", festejos taurinos en que no se mata al animal. Sectores animalistas están indignados. Los taurinos catalanes afirman que aplicarán un código de buenas prácticas.