Las orcas han estado en contacto con el ser humano desde hace más de 3.000 años, concretamente se han concentrado en mayor medida, en la zona del Estrecho de Gibraltar, lugar de tránsito para embarcaciones y ruta de migración Atlántico-Mediterránea de multitud de especies marinas. Ellas han vivido en interacción constante con todos los elementos del entorno, pero recientemente varios incidentes puntuales con algunas embarcaciones han puesto el foco mediático sobre esta especie.