Fuerteventura es una isla desértica que ha visto en pocos años triplicada su población y que recibe en torno a dos millones de turistas al año. Su habitabilidad depende completamente del exterior. Si hay agua potable es porque las desaladoras funcionan y si hay comida es porque la han traído de alguna parte. Depende de los combustibles para seguir siendo habitable, y de los turistas, que llegan en barco o avión.