En poco menos de una década, el número de huertos urbanos en España se ha multiplicado por 6. Y de las apenas 14 ciudades que desarrollaban iniciativas de este tipo, se ha pasado a las más de 200 que hay en la actualidad. La clave del auge de esta agricultura que echa raíces en el asfalto está en el cambio de ciclo económico, pero sobre todo en el enojo de colectivos vecinales que rechazan la especulación inmobiliaria en sus barrios e impulsan la reconversión de solares vacíos en espacios de cultivo.