El conflicto entre los equipos estalla en el Conquistador tras la prueba del laberinto, con acusaciones de trampas entre los participantes. Las peleas internas ponen a prueba al capitán rojo que tiene que poner paz en un campamento enemistado con un miembro Yocahu, mientras la capitana Atabey sabe aprovechar esta división. La asamblea no deja títere con cabeza, pone al descubierto unas diferencias cada vez más irreconciliables y pone al descubierto el nacimiento de una supuesta nueva pareja. El desafío deja claro que en el Conquistador no hay lugar para los más débiles.