Edmundo consigue exponer en público el mezquino pasado de Fernando, que instará a su hijo a deshacerse del conde de Montecristo y restituir su honra. Así, Alberto lo reta a duelo y Mercedes acude a Edmundo para evitar una tragedia. Mercedes sabe que el conde es Edmundo Dantés, lo sabe desde la primera vez que este pisó su casa y escuchó su voz. Por el amor que le tiene, Dantés acepta no matar a su hijo, pero entonces deberá morir él. Mercedes abandona toda posibilidad de convencerle. A la mañana siguiente, a la hora indicada, los duelistas se encuentran.