Cuando Carmelo Catalanotti es asesinado, de una puñalada en el pecho, el comisario Montalbano descubrirá que la víctima era un usurero, además de un ferviente y original artista teatral, alma y fundador de Trinacriarte, una compañía de teatro amateur de Vigata. El Trinacriarte no es una simple asociación de aficionados. Buena parte de sus integrantes están literalmente poseídos por la pasión del teatro. Catalanotti, aplicando su particular método, se convirtió en su gurú, tan brillante como sádico y cruel. Tanto es así que Montalbano se dará cuenta de que precisamente en su propio arte, en su perturbador método, se encuentra la solución al misterio de su muerte.