El arrecife del Triángulo de Coral forma parte del llamado "Anillo de fuego", un cinturón volcánico de 40.000 km y 450 volcanes que rodea el perímetro terrestre del Océano Pacífico. Su superficie de seis millones de kilómetros cuadrados ha sufrido constantes erupciones a lo largo de la historia, provocando vertidos de magma al mar que, con el tiempo, ha ido proporcionado sedimentos ricos en nutrientes que han facilitado el crecimiento coralino.