Se cumplen 20 años desde que Daniel Kahneman fue galardonado con el premio Nobel de Economía por incorporar elementos de la psicología en las bases del comportamiento económico del ser humano. Los postulados anteriores resultaban demasiado racionales, matemáticos. Sin tener en cuenta las emociones o los sesgos cognitivos, la teoría clásica medía las decisiones económicas mediante fríos porcentajes y cálculos exactos de ganancias y pérdidas. Kahneman abrió las puertas a una nueva economía que incluía estados de ánimo, sentimientos o factores inesperados y aleatorios que distorsionan nuestra percepción influyendo en nuestras decisiones. Su metáfora de los dos sistemas, uno más intuitivo y otro más analítico y reflexivo, sigue estando vigente décadas después de su propuesta. Nos gusta pensar que somos seres racionales que analizan y sopesan las decisiones que tomamos a diario, sin embargo las investigaciones de Kahneman nos han mostrado que esa parte reflexiva sólo aparece de vez en cuand