Al suroeste de África, donde Namibia se une con el océano Atlántico, se encuentra el Namib, un desierto del tamaño de Portugal. En este remoto y árido páramo, las temperaturas pueden alcanzar los 50 grados centígrados. En algunas zonas, las precipitaciones anuales son de apenas 5 milímetros. En 55 millones de años o más este atemporal desierto en el que parece no haber intervenido el ser humano y que es probablemente el más antiguo del mundo, ha creado más vida que ningún otro.
Desde su Costa de los esqueletos, pasando por sus dunas de arena, hasta las borrosas montañas lejanas. Este desierto esconde fuentes de agua secretas y, si sabes dónde buscar, hay suficiente humedad como para sobrevivir, e incluso prosperar.