Julia cada vez parece más cómoda con Leo. Tan cómoda que cualquiera diría que empieza a sentir algo por él. Cualquiera menos la propia Julia, que se empeña en negarlo. ¿Opina lo mismo Tirso? En el torneo de mus empiezan a mostrarse “algunas cartas”. Por otra parte, la autoestima que Ribero trajo de Alemania se resquebraja. El responsable es un inofensivo comentario de Cloe que tal vez no fuera del todo inocente. En África, Carmen continúa apoyando a Víctor. Y en estos momentos, ayudarle pasa por conseguir que Francisco le contrate de nuevo en la fábrica. Algo que su padre no está dispuesto hacer. Mientras, Kiros tiene que sobreponerse al cansancio y las dificultades para estudiar, que comenzarán a pasarle factura de forma preocupante. La que sigue superando obstáculos es Linda que, a pesar de los reveses en su carrera por hacerse con la gerencia del Río Club, no parece dispuesta a rendirse fácilmente.