Julia, ahora que ha descubierto que lo de las obras en el piso de su madre era una patraña, se queda con la impresión de que hay algo más, de que Diana, aunque haya confesado, no le ha contado toda la verdad. Erik desatiende cada vez más sus tareas en el hotel: se está enamorando de Cloe, y ella de él. Un mal trago para Ribero, que intenta apartar a Cloe del recién llegado sin mucho éxito. La relación de Elena con Julia atraviesa horas bajas: ya no pasan tiempo juntas fuera del taller y, en el taller, chocan cada dos por tres porque la jornada reducida repercute en la calidad de los muebles y Julia pretende mantener esa calidad a toda costa. Carmen descubre que Víctor, el mismo que ha abandonado la farra y se ha transformado en un empleado ejemplar, no ha renunciado a una costumbre muy arraigada entre los varones de la Colonia. A Ventura le cuesta tanto creer que Ángel pueda haberle robado el dinero de la caja fuerte que busca otro culpable... pero acaba teniendo que aceptar