Al dolor por el divorcio de sus padres, Julia debe añadir los problemas de tener a Sergio en el taller. La pareja es incapaz de separar su vida profesional de su vida laboral, y cualquier detalle sin importancia se convierte en una bomba a punto de estallar. En el polo opuesto se encuentran Tirso y Olga, que poco a poco van encontrando una complicidad que creían perdida. En Río Muni, Carmen comparte con Patricia su preocupación sobre la vuelta de Francisco a las timbas nocturnas. Y, aunque sea complicado llegar a un acuerdo sobre cómo actuar, ambas mujeres deben colaborar si no quieren que el problema vaya a mayores. Por su parte, Víctor está muy inquieto con el ambiente de peligro que se respira en la ciudad. Cada vez son más hombres los que van armados. Víctor está convencido de que su padre tiene algo que ver.