Taiwán se niega a depender de la China continental y su autocracia porque ha desarrollado una sociedad moderna, democrática y poderosa económicamente que produce el 90% de los microchips que el mundo necesita. China trata de borrar del mapa político, diplomático y militar a Taiwán, mientras su población vive amenazada por una posible invasión de su odiado vecino que lleva reivindicándola desde hace casi 75 años. Desde la victoria comunista de 1949, China reivindica un territorio insular del tamaño aproximado de Bélgica que se encuentra a 160 km del continente. Se trata de Taiwán, la isla que sirvió de refugio al entonces presidente chino Chiang Kai-shek cuando perdió la guerra frente a Mao. Desde ese momento, existen dos Chinas que se niegan a reconocerse entre sí. Taiwán ocupó el asiento chino en la ONU hasta 1971, cuando se vio obligado a cederlo a su enemigo continental. Los miembros de Naciones Unidas votaron a favor de la resolución que formalizó la existencia de la China comunist