Las imágenes sensuales de Isabel Muñoz la han convertido en una de las fotógrafas españolas de más renombre. En 1996, durante un viaje a Camboya, hizo una fotografía que, años más tarde, a raíz de unos hechos trágicos, tomaría un sentido muy diferente y que para ella tiene un significado especial. Esta fotógrafa, que desde adolescente se sintió atraída por la danza, acabó dedicándose a su otra pasión, la fotografía. Sus imágenes, con un gran componente estético, poco a poco fueron mezclándose con problemáticas sociales que ha abordado en sus viajes por el mundo. Desde las maras en Centroamérica a la violencia sexual contra las mujeres del este del Congo. De esta manera su obra permite reflexionar y denunciar todas esas realidades que inmortaliza, ya sean centrándose en los niños o los primates -en su particular búsqueda al origen de la vida- como denunciando problemas muy actuales como son el cambio climático o el desecho de plásticas en los océanos.