En este capítulo, viajamos al extremo noroccidental de España porque allí se enclava una ciudad muy mágica: Santiago de Compostela. La capital gallega nos da la bienvenida en la famosa plaza del Obradoiro, punto y final al camino de Santiago; un espacio realmente monumental presidido por la Catedral que contiene los restos del apóstol. ¡Qué experiencia pasear por sus tejados! Esta urbe, esculpida en granito, tiene grandes monumentos, pero a nivel gastronómico, no se queda atrás. Normal que el producto de esta tierra cuente con el reconocimiento internacional. A los clásicos como el pulpo a la feira o el caldo gallego hay que añadir el mimo con el que se trabaja el marisco dejando sobre el plato sabores intensos a mar en cada pieza. Aunque ya los conocía, los percebes, los centollos, los mejillones me han enamorado y como novedad, en este viaje he tenido la oportunidad de probar el pinto, preparado por la chef gallega Lucía Freitas. Para terminar la comida no hay mejor postre que la tar