En este capítulo, nos recibe Palma de Mallorca. Una ciudad que no te entendería sin el mar en el que se mira; una urbe de calles estrechas en su casco antiguo, pero también de grandes edificios como su incomparable catedral gótica. Pero, Palma no solo se dibujó a orillas del Mediterráneo. Visitamos el castillo de Bellver. Coronando una colina a 112 metros de altura, en mitad de un bosque y dominando la bahía, este castillo es de cuento. Igual que ocurre con el palacio de la Almudaina. Dos monumentos llenos de magia que le cuentan la historia de Palma a todo viajero que atraviesa sus puertas. Para explorar el lado gastronómico de Palma, acudimos a una de las plazas de abastos con más vida del país: el mercado de Santa Catalina donde llega, a diario, pescado, marisco y verduras. La visita al mercado se complementa con la degustación de las mejores recetas mallorquinas como el frit, la sobrasada, el arroz brut o la coca de trampó; siendo uno de sus platos estrella un popurrí de pequeñas t