Las dos protagonistas del programa, Camino y Marta, conciben el éxito como algo multidisciplinar e integral. La soledad ha marcado la vida de ambas. La niñez de Marta fue muy solitaria, es albina y tiene un 10% de visión y Camino la sintió de lleno, cuando se quedó viuda. Ambas van a contracorriente, Camino inició una carrera como modelo e influencer en la tercera edad, cuando la mayoría se retira. Marta comenzó su carrera como judoca con 20 años sin haber hecho deporte antes. Es campeona paralímpica. Las dos se han atrevido a romper moldes y explorar caminos que en un principio no eran los “predestinados” o “fáciles” para ellas.