Las tres fases del día son susceptibles de provocar dificultades en cadena. Se recomienda tener mucho cuidado para abordar las sutilezas de navegación del primer tramo de la especial. En la inmensidad del espacio chileno, habrá que saltar de valle en valle: las referencias son raras y las confusiones, fáciles. Puede resultar arriesgado intentar recuperar el tiempo perdido en las pistas mineras de la mitad del recorrido. Pero la gran zona de arena está situada al final del programa. Ésta exige una lucidez máxima: es mejor abordarla a la luz del día y no con los faros al caer la noche.