Para unos es su casa ideal. Otros piensan que el sitio donde viven es un auténtico infierno. En cualquier caso, ninguno de estos vecinos vive en una casa “normal”. Una cueva puede ser un auténtico palacio, y un rascacielos un suplicio. No por vivir en un casco histórico patrimonial se habita un monumento, sino a veces una ruina