Con 83 millones de llegadas previstas, este año, el sector turístico espera batir un nuevo máximo histórico. Es esencial para la economía española, pero hay lugares donde el turismo de borrachera, la celebración masiva de despedidas de solteros y el aumento del precio de los alquileres han puesto a los vecinos en pie de guerra. ¿Es posible mantener el equilibro entre el disfrute del viajero y el descanso de los residentes?