Lo antiguo vuelve a estar de moda. Lo que antes tirábamos a la basura tiene cada vez más valor, y no sólo nostálgico. La estética que triunfó en los años 70, 80 y 90 vuelve. Marcas, tiendas y establecimientos aprovechan un fenómeno que no para de crecer. Ropa, muebles, comida, hasta bodas con sabor a lo de antes están encontrando hueco en un mercado que recurre a lo antiguo, a lo retro o a lo vintage para vender. Hay una moda de recurrir al pasado para adornar el presente. La nostalgia nos produce placer.