Tapa, pincho o aperitivo. No entendemos la gastronomía sin ese bocado que se puede coger con una mano y tomar de una vez, mientras sostenemos la caña o la copa de vino en la otra. No hay bar, cafetería o restaurante sin pincho; ni pueblo, ciudad o provincia sin concurso de tapas. El tapeo, un negocio típicamente español que forma parte de nuestra cultura, está en auge. La gastronomía en miniatura reivindica lo local y es un motor económico que tiene cada vez más éxito dentro y fuera de nuestro país.