Comenzamos nuestro periplo veraniego con un veraneo de primera categoría. Visitamos Torre del Mar, en Málaga, una de las playas culpables de que España esté en lo más alto del escalafón mundial de las banderas azules. Nos colamos en la fiesta de los Caballos del vino, una carrera de infarto en la que la emoción se mezcla con la rapidez y la peregrinación de miles de turistas y devotos de esta fiesta murciana declarada de Interés Turístico Internacional. Antes de caer exhaustos, reponemos fuerzas hincando el diente a la boroña de Torazo, un bollo de contundencia asturiana, preñado de jamón, chorizo, y cocido en hornos centenarios.