Quince toneladas de tomates caen sobre uno de los hombres más buscados de Tarazona. Bajo la máscara de un arlequín se esconde Juan, un opositor a policía de 33 años que cumple este año el sueño de su vida: ser Cipotegato. Treinta mil personas lo aclaman en el día grande de la localidad zaragozana. Trescientos años de tradición y una lluvia de tomates acompañan a este personaje en su camino hacia la estatua que lleva su nombre. La fiesta multiplica por tres la población y las calles se convierten en un gran centro comercial. La imagen del personaje se reproduce en camisetas, pantalones y pegatinas. La venta de tomates se dispara. Luis vende diez toneladas. Las despacha en menos de una hora. De los 250.000 euros que invierte el ayuntamiento en la fiesta se recupera cuatro veces más.