El documental muestra una catedral visible desde cualquier sitio de la ciudad. En torno a ella está el barrio antiguo, lleno de rincones con encanto. En su seno está la Cámara Santa, con extraordinarias joyas del arte visigótico y en la periferia San Julián de los Prados, Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, joyas del prerrománico asturiano.Menos conocido es su extraordinario museo de Bellas Artes, el Arqueológico, o sus nuevos parques, que junto con el Campo de San Francisco descongestionan una ciudad, que en los últimos años ha peatonalizado su centro y se ha engalanado con esculturas.Hablar de Oviedo es hablar de su vocación melómana: tiene varias orquestas, un reluciente auditorio, escuela de música tradicional y uno de los mejores programas de ópera de nuestro país. Su vida cultural presidida por los premios Príncipe de Asturias, pasa por una agitada vida universitaria y deportiva, una bien conocida cocina tradicional, piscinas, bibliotecas y campos de golf municipales.