Justo para rememorar aquella efemérides la fiesta de su virgen se celebra todos los dos de agosto: bailes tradiciones, artesanías de toda la vida, fuegos artificiales, para una isla que siempre parece en fiestas: desde el mundo hippy que pervive en el mercadillo de las Dalias, hasta una vida que se dispersa desde Dalt Vila a todas las localidades que, curiosamente, tienen nombre de santos: San Carlos, Santa Eulalia, San Antonio, etc.Tal vez contemplando el atardecer en el Café del Mar con fondo de música Chill-out, se abre la gran noche de ibiza: macrodiscotecas hasta el amanecer.Formentera es sobre todo naturaleza: higueras centenarias, lagartijas endémicas, faros románticos y playas de aguas cristalinas sufragadas por la Posidonia, planta responsable de la oxigenación de sus aguas y protegida por la Unesco.