Hace 20 años, Antonia rompió con su padre Herbert, pero ahora necesita urgentemente su firma para liquidar la herencia de su madre, recién fallecida. Acompañada de su hijo adolescente, Linus, se presenta en su casa, pero su padre ha salido de viaje y su mujer invita a Antonia a quedarse unos días. Antonia, a pesar del rechazo que siente por Levke, la mujer por la que su padre las abandonó a ella y a su madre, acepta quedarse porque su padre y Levke llevan una granja donde ofrecen terapias con caballos. Antonia guarda maravillosos recuerdos de su infancia, junto a su padre y los caballos.