Cuando Lilly y Sylvester se enteran de que han heredado una casa, regresan al pueblo donde crecieron. La única pega es que heredan la casa juntos. Así que se ven obligados a reavivar viejas enemistades de su adolescencia, como cuando tocaban en bandas de música que competían ferozmente. Además tienen que enfrentarse a sus secretos y heridas reprimidas, especialmente a su apasionada historia de amor de hace diez años.