Con sus modales tan egocéntricos, el Dr. Moritz Neiss causa indignación en el pueblo, pero cuando se trata de medicina, sabe lo que hace. Para alivio de todos, se plantea hacerse cargo de la consulta vacante del médico. Neiss tiene su primer paciente antes incluso de abrir sus puertas. Desna Shan, cocinera del hotel donde se aloja, tiene cálculos renales. Neiss la envía inmediatamente al hospital de Flensburg. Pero el comportamiento de Desna le resulta desconcertante.