A lo largo de su vida, Georg, un fabricante de césped artificial, aprendió a reprimir sus emociones, a ignorar las opiniones y los derechos de los demás y a no guardarse nunca una queja para sí mismo. La muerte de su esposa parece ser más una liberación que una tragedia para él. Pero sus hijos no lo dejarán solo. Se reaviva una vieja disputa entre él y su hijo Gerd, mientras que su hija Susanne quiere cuidarlo las veinticuatro horas del día y cree que necesita una nueva perspectiva. Pero Georg se niega rotundamente a cambiar su actitud. ¿Hasta que la vida intervenga en la forma de su nueva ama de llaves Gisela?