Nadia y Felix acaban de tener una niña llamada Rosa. Pero el bebé podría tener síndrome de Marfan, un trastorno del tejido conectivo que pone en peligro su vida si no se trata. En esta situación, Nadia está feliz de tener a su lado a alguien fuerte como Félix. Sin embargo, Felix evita por todos los medios hacerse una prueba genética, ya que Marfan es en muchos casos hereditario. Lena le deja claro a Felix lo importante que es poder hacer un diagnóstico claro al bebé lo más rápido posible para poder administrar un tratamiento óptimo.Cuando Nadia comienza a lidiar con la enfermedad y sus posibles efectos, Felix le confiesa a Lena que tiene síndrome de Marfan, pero, dado que tiene una manifestación muy débil, mantuvo en secreto su predisposición genética a Nadia. Un abuso de confianza que ahora está alcanzando a la pareja sin piedad.
