Julie Berg es capaz de prácticamente cualquier cosa, excepto concentrarse en una sola cosa. Tiene dos hijos maravillosos, Freya, de dieciséis años, y Heinrich, de once, pero acaba de hundir su vida (una vez más). Julie está arruinada, por lo que parte hacia Augsburgo con sus dos hijos y algunas maletas con la esperanza de encontrar un nuevo comienzo, un poco de suerte y una nueva vida, lejos de Berlín.