De un día para otro la vida de Simón está patas arriba. El contrato con Jakub Sanders le ha dado un cheque en blanco y unas oficinas con la tecnología más puntera del mundo, pero los pactos con el diablo siempre tienen letra pequeña: si no consigue arreglar su algoritmo LISA en tres meses, le tendrá que entregar a ese magnate la obra de toda su vida. Por si fuera poco, Irina acaba de llegar a Bilbao. La presencia de una mujer así en casa dispara la ansiedad de Simón. Juntos comparten una convivencia completamente disfuncional en la que, para sorpresa de Irina, el sexo no entra en la ecuación. Pero ella tiene cosas más importantes de las que preocuparse. Sabe que el asesino de su familia está en Bilbao, pero de él solo conoce el nombre por el que se hace llamar. "La araña".