11 aficionados de edades comprendidas entre los 93 y los 82 años disfrutaron este sábado, en el estadio de Gran Canaria, del partido de fútbol más entrañable de sus vidas. Francisca Santana Marrero, 89 años abonada desde 1954 recuerda con cariño la época en que asaban calamares y jareas en el Insular y bebían vino en el estadio. Los hombres iban guapísimos trajeados a los partidos. Nunca olvidará el partido de ascenso a primera de La UD Las Palmas de 1951 en el que ganaron al Málaga 4-1. Ella vivió ese partido en los arenales alrededor del estadio.