Educación obliga a Pablo, un alumno con autismo que comparte el día a día con sus compañeros de un aula ordinaria del colegio Iberia, a dejar este mismo curso el centro en el que está desde hace cuatro años para incorporarse al aula enclave -formada solo por escolares con necesidades educativas especiales- de un colegio de Telde. Según la administración, esta es la mejor solución para el alumno, que cursa primero de primaria en el centro de la capital grancanaria. Para sus madres, que han recurrido, este es un capítulo más de la intensa lucha que mantienen para que su hijo siga escolarizado en el centro ordinario donde ha desarrollado toda su vida escolar y donde también está su hermana melliza. «Hemos puesto mucho empeño, amor y esfuerzo y nunca hemos sido un problema, sino parte de la solución; solo defendemos que, como dice la ley, la administración ponga todos sus medios para que Pablo pueda seguir en el colegio e integrado en el sistema educativo ordinario, y no lo ha hecho», resu